Una veladora a mis espaldas ilumina con luz de paz un retrato en el que aparezco con mis hermanas y mi abuela hecho aproximadamente un mes antes de su unión con las cosas más bellas de este y todos los mundos. Los últimos días han sido completos de lucha y amor, estoy empezando a darme cuenta que estas características no volverán jamás a abandonar mi estadía en esta vida.
He decidido volver a escribir e ignorar el miedo. Todos somos seres creativos por naturaleza, debemos cultivar y dejar florecer esa parte de nuestro ser, no hay nada que temer, no hay nada que espante, al momento de crear solo hay fuerza, una fuerza que une todas nuestras dimensiones y viaja entre ellas nutriéndonos como la sangre que lleva el oxigeno a nuestro cuerpo físico.
Abrir la boca puede ser abrir el portal de todo lo que somos, de toda la belleza que a veces escondemos en nuestro interior o que, en ocasiones sentimos que desperdiciamos, pero creo que nada en nosotros es desperdicio, todo es crecimiento y aprendizaje.
Hoy siento que crear y dejarse crear (crecer) es como darle un abrazo al mundo y sentir la protección de su cálido lecho.
He decidido volver a escribir e ignorar el miedo. Todos somos seres creativos por naturaleza, debemos cultivar y dejar florecer esa parte de nuestro ser, no hay nada que temer, no hay nada que espante, al momento de crear solo hay fuerza, una fuerza que une todas nuestras dimensiones y viaja entre ellas nutriéndonos como la sangre que lleva el oxigeno a nuestro cuerpo físico.
Abrir la boca puede ser abrir el portal de todo lo que somos, de toda la belleza que a veces escondemos en nuestro interior o que, en ocasiones sentimos que desperdiciamos, pero creo que nada en nosotros es desperdicio, todo es crecimiento y aprendizaje.
Hoy siento que crear y dejarse crear (crecer) es como darle un abrazo al mundo y sentir la protección de su cálido lecho.